martes, 12 de febrero de 2013

LA ANSIEDAD, NUESTRA AMIGA.


Es muy importante tener en cuenta que la ansiedad tiene como objetivo preparar nuestro cuerpo para el peligro, para luchar o huir, por ello nuestra reacción, tenía sentido cuando vivíamos en las cuevas y nuestra vida corría peligro ante un estímulo amenazante.

El corazón se aceleraba para correr mejor y bombear más sangre, la respiración se hacía muy rápida para tener más oxígeno y los músculos se tensaban para ayudarnos a hacerle frente al predador. Este sistema, tan útil en aquellos tiempos hoy en día ya no tiene las mismas funciones, aunque también es cierto que muchos de nosotros hemos podido luchar contra un atracador o escapar de un coche visto en el último momento y el miedo nos ha salvado la vida.

Por lo tanto, viene la pregunta clave, si nuestra vida no corre peligro
¿De qué tengo miedo? ¿De qué huyo cuando aparece la ansiedad?.


Muchas veces es evidente, puesto que reconocemos el estímulo que nos está causando esa ansiedad… pero muchas veces no es tan sencillo, y acudiré a una frase muy “new age”: “La respuesta está en tu interior” hay algo de tí que no está encajando en esa situación, y lo primero es pensar sobre ello.

Hemos visto que la conducta más común es el de la evitación o aproximación. Pero esto no quiere decir que la persona que sufre ansiedad sale corriendo en ese momento, esa sería la manifestación más extrema. La evitación aparece en modos de conducta más sutiles… Cito algunos comunes, y seguro que podrías incluir más en este listado ¿te sientes identificado con alguno?

* Cambiar el tema de conversación (pues te resulta incómodo y genera ansiedad el actual)
* Imponer el tema de conversación (llevas el control sobre la charla, el no llevarla te genera ansiedad)
* Elegir el lugar y la actividad, incluso la gente (te dará  seguridad sobre lo que piensas que puede ocurrir)
*Cambiar la postura corporal (normalmente hacia una postura más rígida)
* Decir sí cuando quieres decir no (decir no te genera mucha ansiedad)
* Decir no cuando quieres decir sí ( decir sí te genera demasiada ansiedad)
*Mantenerte en silencio (por miedo a ser juzgado si hablas)
*Imponer tu criterio (por la ansiedad que supone ser flexible el resto de opiniones)
* Charla mecánica (de cualquier cosa, pues tu silencio te resulta incómodo)
* Elegir siempre el mismo camino (evitando caminos nuevos)
Y un largo etc…

Como ves, el mecanismo de evitación de la ansiedad está muy ligado al control. Este tiene como tarea que exista baja incertidumbre sobre lo que ocurrirá en el contexto, también que exista control sobre mis propios pensamientos, necesidades fisiológicas y emociones. Este control lleva a una mayor rigidez, y a más rigidez más complicado será el camino hacia un cambio, o apertura a nuevas experiencias.

Este control en definitiva, está ligado en muchas ocasiones y sobre todo en la ansiedad social, a que no sean descubiertas nuestras debilidades (timidez, mal humor, mala cara, temblor, conversación poco interesante, inseguridad,…) pues por costumbre, una persona que muestra sus debilidades no es eficiente, no es válida, no es auténtica, y de este modo la persona entra en un conflicto entre lo que realmente es… y la imagen que ha elegido mostrar.

Esta imagen (o estilo de vida) hay que mantenerla, y eso conlleva un esfuerzo y gasto de energía considerable. Es aquí cuando aparece la ansiedad, por decirlo de algún modo, nuestro yo auténtico nos avisa de que no aguanta más esta situación, y que algo hay que cambiar algo para sentirse bien. Es aquí cuando la ansiedad se convierte en nuestra amiga, en cierto modo, cuando experimentamos ansiedad, tenemos la oportunidad de “rehacer el camino” hacia un yo más libre.

Cuando aparecen picos altos de ansiedad hay dos modos de cambiarla: el primero la evitación (dejar un trabajo, manipular el entorno, dejar un grupo de amigos, salir corriendo, las nombradas arriba, y tantas más…) y la segunda la aproximación (una aproximación real al hecho que nos va dotando de herramientas para comprender qué nos ocurre, porqué, y de este modo si en un futuro nos encontramos de nuevo con algo similar, ya no hace falta correr, ya lo hemos entendido y aceptado).

¿Por qué siempre se trabaja con la respiración y relajación?
Imagina que vas paseando por la calle con unos amigos, es inevitable que exista uno más bromista que otros. Se esconde tras una esquina y te da un “susto de muerte”. ¿Cuál es tu reacción ante ese susto, qué ha ocurrido con tu cuerpo? Se ha quedado paralizado, petrificado, es decir…tenso, al mismo tiempo ha existido una variación en tu respiración ahora es más rápida y acelerada, o te quedas sin aliento.

Pero si en vez aparecer una reacción de pánico aparece una reacción de defensa, probablemente tu amigo se lleve una buena colleja o salgas corriendo detrás de él con mucha energía. Tú cuerpo ha variado de estado, ha aparecido una alarma y ahora hay tensión, hay un peligro y estás preparado.

Cuando hay ansiedad hay tensión, no solo psíquica, sino también física. Aunque no identifiques una gran ansiedad, nuestro cuerpo normalmente se va acostumbrando a cierto tipo de tensión soportable… del mismo modo que la Ansiedad es la expresión emocional y mental de que algo está pasando, las tensiones musculares también lo son, pudiendo convertirse en crónicas.
Por esto, el entrenamiento de respiración y distensión diaria es importante para que nuestro cuerpo se vaya identificando con otras formas de ser y estar y , por tanto, de modo indirecto este estado calma nuestros pensamientos ansiosos, permitiéndonos pensar con mayor claridad.

Este texto es un extracto del contenido Teórico del Curso On-Line “Gestión de la ansiedad y el estrés” www.mptpsicologo.es // En él se dotara a los participantes de conocimientos teóricos sobre el funcionamiento de la ansiedad, así como numerosas herramientas para poder aceptarla de este modo gestionarla.



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